sábado, 3 de septiembre de 2011

10 tipos peligrosos de la década del 2000. Top 6 - Igor Rakocevic


Igor Rakocevic (1978, Belgrado), ha sido el tirador solitario por excelencia de la Liga ACB. No es un jugador carismático, pero sí un gran profesional. Comenzó a jugar en uno de los clubes más importantes de Serbia, el Estrella Roja. En esa cantera también se criaron grandes jugadores como Peja Stojakovic, Vladimir Radmanovic, Dejan Tomasevic y Milan Gurovic. Además, su padre Goran también jugó allí.

En sus cinco temporadas en España promedió más de 17 puntos por partido, con un 39% en tiros de 3 y un altísimo 54% en lanzamientos de dos puntos. Deslumbró en su primer año en el Pamesa Valencia, al que llegaba después de haber jugado un gran año en su casa, el Estrella Roja.

Su fama de tirador estaba totalmente justificada. 24 puntos por partido en Belgrado, 21 en la Liga ACB en las filas de Valencia, donde fue nominado cuatro veces mejor jugador de la semana. Entonces llamó a sus puertas el Real Madrid. La baja de Alberto Herreros (retirado) más la salida controvertida de Elmer Bennett del equipo blanco obligaban a una maniobra arriesgada de los mandatarios madridistas, alguien para acompañar a la estrella oficial: Louis Bullock.

Pero juntar a ambos cracks en el mismo equipo no significaba necesariamente obtener el éxito repentino. Y así sucedió. Ambos se alternaban la posición de base, actuando indistintamente de escoltas en otros momentos del partido. Pero el resultado era bastante desalentador, pues en ningún momento de la temporada consiguieron conectar entre sí y sus actuaciones individuales no eran suficientes para elevar a su equipo hacia cotas altas en la competición. Un año bastante mediocre (14,7 puntos) con un ridículo sexto puesto en liga y la no disputa de la final de Copa ni de la Final Four de la Euroliga le obligaban a salir de aquel equipo en busca de su puesto, de un equipo que confiase en él al 100% y le permitiese jugar de escolta con un base director.

Él había sido Campeón del Mundo en 2002, de Europa un año antes. Formó parte de la última Yugoslavia, despedazada luego como Serbia & Montenegro y despues, simplemente como Serbia. Había estado en la NBA después de sus grandes exhibiciones en el Estrella Roja. A pesar de no contar demasiado en los planes de los Minnesota Timberwolves, fue su paso por la mejor liga del mundo. No podía ser segunda espada detrás de Bullock. El duelo de gallos llegaba hasta allí. Rakocevic ponía punto y seguido: destino Vitoria.

En el norte forjó su leyenda

Las aguas turbias del Real Madrid obligaron a la salida de su entrenador. Ya no valía ser 'Los guerreros de Boza'; la prensa y la afición le pedían ganar la Euroliga, y su último año había sido decepcionante. Además, la llegada al club de Vlado Divac como secretario técnico no auguraba buenos tiempos para la lírica. Nunca habían congeniado, por representar Divac un cambio de generación de la vieja Yugoslavia que Maljkovic nunca comprendió. Así, el 13 de julio de 2006 el Real Madrid comunicaba la salida de Maljkovic y de Rakocevic. Un joven Joan Plaza se ponía al cargo del equipo.

Los hechos se sucedieron rápido. Días después Velimir Perásovic, en una jugada maestra, convencía a Rakocevic para firmar por el Tau Cerámica. En el Tau jugaba Pablo Prigioni, uno de los bases más generosos del continente, y Luis Scola, junto con Manu Ginobili, el mejor jugador de la historia de Argentina. Todo cuadraba para el escolta de Belgrado. No obstante, era una apuesta arriesgada, un jugador excesivamente individualista que llevaba casi 5 años yendo de un equipo a otro, anotando muchos puntos pero sin conseguir grandes logros colectivos. Realmente, tampoco lo conseguiría en Vitoria. Muchos hablaban de un jugador maldito. Esa misma temporada llegó a coincidir con 'Boza', el que había sido su entrenador en el Real Madrid, ya que Velimir Perasovic tuvo que dejar el banquillo debido a problemas de corazón. Maljkovic dio el relevo al entrenador sustituto, Natxo Lezcano, pero fracasó en su breve periplo vitoriano.

Rakocevic ganó en Baskonia dos supercopas, la competición sagrada para los alaveses. Después del tránsito de entrenadores, llegaría a Vitoria Dusko Ivanovic, el entrenador señuelo de los alaveses y uno de los más importantes en la carrera de Igor Rakocevic.

En su segunda temporada quedó subcampeón de la Copa del Rey, pero su mejor temporada llegaría en su año de despedida: 2008/2009. Campeón de la Supercopa y de la Copa del Rey, solo pudo ser subcampeón de la ACB, al perder la final frente al FC Barcelona, pero sus estadísticas fueron demoledoras. Mejor jugador del mes de noviembre, tres veces jugador de la semana y nominado como mejor escolta de la competición en el quinteto ideal. Alcanzó la excelencia en los tiros de dos: 59%, con 19,8 puntos por partido.

En la Euroliga disputó la Final Four de Madrid en 2008 y ganó dos veces el premio 'Alphonso Ford' al mejor anotador de la temporada.

Igor Rakocevic fue leyenda en el Tau Cerámica, un equipo que siempre le recordará. Siempre cogía el timón de la anotación, no le asustaba ser el líder de su equipo. Jamás dudó. Tenía una muñeca verdaderamente privilegiada. Su técnica de tiro era totalmente peculiar, ya que lanzaba trasladando todo el peso de su cuerpo hacia delante, con un 'timing' de salto prodigioso, quizá comparable al de otro genio de los balcanes: Dejan Bodiroga.

Su altura era engañosa: 1,91. Realmente daba la sensación de medir incluso menos, con una musculatura bestial, que le convertía incluso en un jugador físicamente desproporcionado. No fue el más rápido por eso, pero sí fue un defensa notable, y precisamente los músculos le valieron para abrirse paso en sus entradas a canastas, siempre potentes y peligrosas. Para el recuerdo queda el mate 'in your face' que ridiculizó a un gigante de 220 centímetros, Andy Betts. Sus tiros libres también eran peculiares, extendiendo el brazo hasta el máximo e inclinando su cuerpo en un ángulo agónico en busca de la cesta.

Esas eran las cualidades exactas de 'Rako'. Jamás simpatizó demasiado con su afición, y es bastante llamativo el odio que despierta en Málaga. Calentaba a la afición con sus provocaciones y también con sus puntos. Una media de 30 puntos en el Martín Carpena hacía de cada visita de los baskonistas allí todo un espectáculo.

Hoy Rakocevic tiene 33 años, y acaba de desvincularse del Efes Pilsen turco, donde este año ha vuelto a conseguir lo que ningún otro jugador ha logrado jamás: su tercer trofeo 'Alphonso Ford' al mejor anotador de la temporada en la Euroliga. Toda una hazaña. El 'crack' de Belgrado no ha logrado simpatizar con ese club. Incluso, el año pasado tuvo problemas con su entrenador, Ergin Ataman, con el que casi llegó a las manos durante un partido. Fue el rugido de un jugador indomable.

Recientemente, el jugador ha vuelto a entrenar con su club de siempre, el Estrella Roja. Busca la Euroliga, es su principal objetivo. "Yo ya estoy en negociaciones avanzadas con dos clubes de la Euroliga, de los que pueden luchar por el título. Este título es mi sueño, un deseo incumplido. Quiero una vez más intentar ganar el título de la Euroliga".

Allí entrena un tal Svetislav Pesic, tras desvincularse del Power Electronics Valencia esta temporada. Los aficionados de Belgrado ya sueñan con que 'Rako' se quede allí definitivamente, con la vuelta de su hijo pródigo, a pesar de que el propio jugador ha señalado en muchos momentos de su carrera que su deseo es retirarse en el clug que le dio la gloria: el Tau Cerámica.

6º mejor jugador de la década y todo un ejemplo para definir al que ha sido un gran tirador en nuestra liga: Igor Rakocevic.



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