martes, 23 de febrero de 2010

Fran Vázquez, el hombre que siempre esquivó su destino

Debe ser cierto para muchos el dicho de estar en el momento preciso a la hora precisa. Que se lo cuenten si no a Johnny Rogers, que su único mérito como profesional fue estar junto a Jordan el día del mítico sexto anillo (y arruinar al Pamesa Valencia posteriormente, por supuesto); o a John “Spider” Salley, un silencioso center que militó y triunfó en los tres equipos más importantes de las últimas tres décadas en la NBA: los “Bad Boys” de Detroit, en los 80; los Bulls de Jordan, en los 90 (sí, por eso Jordan es el mejor de la historia, no hace falta ser muy listo para ir intuyendo que sus compañeros casi nada aportaron); y finalmente en los Lakers de Bryant y O’Neal en 2001.

Pero, a pesar de la tremenda carambola, no representa la efeméride del oportunismo en el mundo de la canasta.

Este terreno es coto de caza privado para el doble de Will Smith en la máxima liga mundial, Robert Horry. Una gloriosa réplica en el mundo del deporte para el salvador de la tierra en Soy Leyenda. Curioso su caso. Siete veces campeón de un anillo por el cual muchos hasta venderían su alma al diablo, si no lo han hecho ya… (pregunten por Allen Iverson, Vince Carter, Tracy McGrady… todos malditos históricamente), en tres equipos diferentes (Houston, Lakers y Spurs) como Salley, pero con un protagonismo relativo máximo en momentos puntuales.

Por eso, es de suponer que Greg Popovich lo fichara en 2005, no como un competidor por el puesto con Tim Duncan, obviamente, sino como un señuelo para la victoria. Y… voilà, dos anillos para los Spurs (
2005 y 2007).

Pero eventualidades aparte, hay jugadores que nunca sabrán que hubiera pasado en el Día D, a la hora H. Simplemente esquivaron la fortuna durante toda su carrera, aunque esta les persiguiera encarecidamente.

Fran, el camino hacia ningún lugar

Es el caso de nuestro protagonista de hoy. Fran Vázquez, un pivot de 2,09 de estatura y 108 kilos. Se subió muy joven al carro de los acérrimos defensores del basket europeo (esa tendencia un poco snob que pusieron de moda hace algunos años Dejan Bodiroga o Antoine Rigaudeau), y rechazó la golosina de Florida y la NBA, un caramelo con altas dosis de satisfacción.

Fue en 2005, la temporada de eclosión del jugador gallego. Aunque anecdóticamente (ya veremos por qué) comenzara su carrera en Bilbao, Fran se hizo un “crack” tras su paso por Gran Canaria y Unicaja (club en el que había militado también en juveniles). En tres años como profesional (y tan sólo 22 años), la NBA llamaba a sus puertas. El de Lugo se declaró drafteable esa temporada, y el 23 de mayo salía undécimo en el lottery pick por los Orlando Magic.

John Weisbrod, general manager del equipo, había apostado todo por el grandullón de 2,09. Quería armar un proyecto ganador con Fran, junto a jugadores como Howard, Nelson o Turkoglu (a la postre, no andaba muy desencaminado).

Todos saldrían ganando. Unicaja se llevaría más de un millón de euros por el traspaso (necesarios por todos los desmandes de la era Maljkovic), Orlando reforzaría su juego interior, y lo más importante, Fran Vázquez podría demostrar todo su talento en una de las franquicias punteras de la Costa Este.

"Todo ha sido muy especial, los días previos al sorteo, pero ahora tengo que aterrizar e ir asimilando la realidad que se presenta de cara al futuro", declaraba en su momento el de Chantada a la Agencia EFE, añadiendo que “Como lo fue en el sorteo, creo que ahora lo que debo hacer en conseguir entrar a formar parte del mejor baloncesto del mundo y es todo un reto".

Era la noche mágica del draft y la ilusión estaba latente en Vázquez. Allí, delante de todos los ricachones de la liga, en el Madison Square Garden, ya se había hecho la foto de rigor con David Stern. La carrera de Fran estaba a punto de cambiar para siempre. Todo recordaba bastante al caso de Pau. Un jugador muy joven, espigado, con poca experiencia en la liga, y con mucho potencial por explotar. Todos nos ilusionamos verdaderamente.

Pero… cosas del destino, finalmente el jugador declinó. El mundo de la rumorología es amplio (presiones sentimentales, dijeron algunos), y a pesar de que se habló largo y tendido del tema, ciertamente nadie sabe qué le llevó al bueno de Fran a quedarse en casa. Unicaja necesitaba el dinero, y al final el jugador acabó traspasado a Girona, en el equipo de los “millonarios” del Akasvayu, aquella empresa de rusos o españoles que se hacían pasar por rusos, que hundieron el basket histórico de esa tierra.

Sólo un año fue necesario para que Fran fuera consciente de su error. Le vistieron con las mejores galas, pusieron a Raül López, a Gregor Fucka, Terrell Myers… a su disposición. Pero el equipo no funcionaba.

En 2006 Maceiras llamaba a su puerta. Desde Orlando todavía insistían, y el jugador volvía a darles “calabazas”. En su lucha “quijotesca” por triunfar en Europa, Fran le abrió esa puerta al director deportivo del FC Barcelona, y decidió abandonar la ruina de Girona (en 2008 Akasvayu desapareció), para embarcarse en la aventura de Dusko Ivanovic, nuestro célebre perdedor de finales. ¡Vaya pesadilla!

En dos temporadas y media sólo ganaron la Copa del Rey de Málaga en 2007 (por cierto, lugar donde aún le cantan bastantes “lindezas” a Fran siempre que va). El equipo era un desastre. Dusko lo quería dirigir todo a su manera, y no le salía nada. Hizo dimitir a Maceiras, luego dimitió él, sentó durante un año en el banquillo a un tal Marc Gasol (que, curiosamente se marchó “rebotado” a Girona junto con Trías, otro marginado de la banda) y consiguió enfrentar a toda la plantilla contra él.

Un desastre absoluto. En 2008 acababa la pesadilla. Tres años después de perder el tren a Orlando. ¿Seguro que se acababa?

Relativamente. Si bien es cierto que la llegada al banquillo del hombre de la casa Xavi Pascual le dio más equilibrio y tranquilidad al juego de Fran, no es menos verdad que sus decisiones profesionales estaban siendo totalmente pésimas. Sin ser demasiado importante aún en el esquema de su equipo, en 2008 acarició la Liga (mascando su suplencia de Kasun y Marconato).

2009, Space Odissey de Fran Vázquez
Sí. Ganó la Liga y jugó la Final Four de Madrid en la Euroliga. Sí. Hizo las estadísticas de su vida, alcanzó su record de valoración contra el Manresa (28) y en Valladolid puso, como le gustaba decir a Montes, 12 “pinchos de merluza”.

Pero durante el pasado verano, nuestro amigo vio al equipo que le había elegido en la NBA, disputarle una final a los Lakers de Gasol. Y él no estaba allí. Sí estaban Nelson, Turkoglu, Howard, Lewis...

Durante el pasado verano, nuestro amigo dijo no a la Selección de Baloncesto. Y en Polonia Gasol y compañía se llevaron el Oro en el Europeo.
Menos mal que no eligió ser astronauta, pues seguramente le habría tocado montar en el Apolo XII.

¿Sólo casualidades?
Parece que no. Parece que la maldición de tomar malas decisiones le estaban pasando factura a este excepcional jugador. Es que su carrera podría haber sido igual de exitosa que la de Pau. Pero siempre le dijo no.

Cuando no pudo esquivar más su destino
Si las casualidades existen o no, cada uno tendrá su opinión al respecto. Lo que sí es cierto, es que este fin de semana parece que una tremenda casualidad se ha vuelto a cruzar en la vida de Fran Vázquez.

Como el río que los más ancianos del lugar dudan si han visto o no desbordarse durante los últimos diez años, ésta vez Fran ha desbordado todo su caudal de juego. El premio a un juego brillante siempre llega, aunque es una pedrea para una carrera que podría haber sido de gordo.

Y es que este domingo se cerraba la Copa del Rey 2010 de Bilbao, el lugar donde Fran Vázquez comenzaba su carrera, con la consagración como mejor jugador del campeonato para nuestro amigo. Lo votaron los medios de comunicación por encima del mediático Ricky Rubio. Y es que, a pesar de su cabezonería, este joven juega de maravilla.



Con 12 puntos, 4.3 rebotes y 15 de valoración en los tres partidos disputados, es de justicia esta designación. En la final, el Real Madrid fue un juguete en manos del gallego. Les metió 14 puntos sin fallar ni un solo lanzamiento. Machacó en cuatro ocasiones y cogió 4 rebotes, para un total de 18 de valoración. Un gran partido, sin duda.

Lo de la casualidad… para mí es bastante obvio. Pau Gasol comenzó a triunfar después de ganar este mismo premio, allá por 2001. Nadie duda de su precocidad, por supuesto.

Pero Fran aún es joven. A sus 26 años, por fin se ha encontrado con el destino. Está a tiempo de conseguir grandes cosas en el mundo de la canasta. Sería una lástima no verlo al lado de los mejores jugadores del mundo en EE.UU. en el futuro, o en el Mundobasket de Turquía este verano. Todo dependerá de él, por supuesto, pero ojalá que le coja el gustillo a los éxitos que siempre le persiguieron y siempre esquivó. Sería un gran placer para los aficionados a este deporte.

En este vídeo se ve como grandes jugadores como Herreros, Montero o Dueñas se arrepienten de no haber tomado el camino de Fernando Martín, el precursor.

"Tenía 24 años y no quería ser suplente de Reggie Miller... pero, Joder, te quedas con las ganas de decirles a tus hijos... por lo menos un año jugué en la NBA", declaraba nostálgico Alberto Herreros en este buen reportaje de Informe Robinson.


viernes, 12 de febrero de 2010

Got talent?

La NBA es especial. Allí el espectáculo es un recurso energético inagotable. Lo veremos este fin de semana, porque mientras en Cádiz le ponen chirigota, en Las Palmas lo visten de reina o en Río de Janeiro lo bailan a ritmo de sambódromo, Estados Unidos prefiere la ingestión de hot dogs para recibir al carnaval.

Se trata de una organización exagerada. Lo vimos el pasado domingo con la Superbowl; y la primera potencia económica del mundo lo vuelve a repetir siete días después en el estadio de los Cowboys de Dallas. Nada menos que una megaestructura preparada para albergar 100.000 espectadores (quintuplicando el aforo medio del Staples Center o el Madison una tarde cualquiera), lo que supondrá un record guinness de asistencia a un partido de baloncesto.

Va a ser una demostración vasta de poderío de una liga que vuelve a tener el agua al cuello como el año pasado por estas fechas. ¿Motivo? El convenio colectivo. No les cuadran las cuentas a empresas tan altas como New York, Boston o San Antonio y desde la comisión de la liga han propuesto rebajas salariales para los jugadores más veteranos e impuestos de lujo para los equipos que excedan el tope salarial. Los clubes están arruinados y vuelven los rumores de huelga. Desde el sindicato de jugadores, presidido por Derek Fisher, califican de "ridículas" las propuestas de David Stern.

Pero eso no importa cuando se enfrenten el Este contra el Oeste, cuando Shannon Brown desafíe el poder de “KryptoNate” Robinson en el concurso de mates, cuando aparezca Shaquille para marcarse unos pasos de breakdance (aquellos que tanto cautivan a la mujer del hombre al que alguien echó un mal de ojo esta temporada, Gilbert Arenas; cornudo y pistolero, cual versión del prototipo de americano que todos conocemos).

El lunes todo tendrá un regusto a fiesta de cumpleaños. La digestión promete ser muy pesada… y es que no nos engañemos, será una cena americana, copiosa y extravagante.


Aún así, cualquier aficionado a este deporte no se lo perderá. En España tenemos dos razones barbudas de peso: los hermanos Gasol. Uno aparecerá por el partido del Got milk? O lo que es lo mismo, Rookies Vs. Sophomores. Los de segundo año parten con más opciones, a priori. Los OJ Mayo, Marc Gasol, Michael Beasley o Rusell Westbrook parecen demasiado para una hornada de novatos que poco está demostrando y que tendrá que confiarlo todo al irregular y últimamente desaparecido Brandon Jennings y a un proyecto de All-Star que está incubando la capital de California, Tyreke Evans. El de Sacramento (quizá, al lado de su compañero israelí Omri Casspi), será el principal argumento para intentar el milagro.

El mayor de los Gasol, Pau ha sumado más de un millón de votos por Internet, y se cuela por tercera vez en una fiesta que no va con él. Pau es All Star por derecho de admisión aunque no lo veremos en el quinteto inicial. Ha entrado después de que durante muchos años “Yankeeworld” le dijera… “No nos gustas, no das espectáculo”.

Pero Pau es el tío más inteligente que ha pisado las pistas de parket oscuro americano en muchos años. El domingo será suplente de un jugador anclado en sus cualidades físicas, que nunca fueron eternas, y con una tara de talento a veces desagradable: Amare Stoudamire.

Pero todos los ojos se posarán esta vez en el jugador más joven en alcanzar los 14.000 puntos (se dice pronto), Lebron James. El MVP de la pasada temporada regular jugará su octavo partido de las estrellas (si contamos los dos que disputó como novato y jugador de segundo año).

King James contra nadie

Porque hace dos años Lebron pudo a Kobe. El año pasado Kobe pudo con Lebron. Ningún duelo Jordanesco tendrá lugar este año. Bryant está lesionado. Se pospone esta vez el duelo al sol de los dos únicos dignos de comparación con “Su Alteza”.

En un ejercicio de futurismo me apuesto la perilla (y no la pierdo), a que el niño más precoz de todos los tiempos en la NBA (fundador del club “Al salir de clase”, con el que Andrés Montes calificaba a los jugadores que daban el salto a la NBA desde High School sin pasar por la Universidad) será el MVP el domingo por la noche. ¿Quién le va a negar el caramelo a la máquina más perfecta que ha creado este deporte?

Nadie. Por aquello de la honrilla, Texas apoyará al “local” Dirk Nowitzki, (finalmente, también estará el domingo Jason Kidd, que sustituye a Kobe Bryant; un aliciente extra para la afición) pero el Oeste perderá ante el estilismo de Wade y la fuerza bruta de Lebron. Productos del 2003, la mejor cantera de la historia reciente de la liga, los dos cogeran sus bártulos este verano para lanzarse a la aventura más apasionante que verán sus bolsillos jamás... algo así como una proclama a teñir su musculado cuerpo negro del oro verde americano. No exagero en cuanto al metal, porque humildemente 25 millones de dólares al año le hacen replantearse a uno que caprichillo o golosina le gustaría para su cumple (así ocurre luego que se encaprichan de estatuas de 70 millones, como un ruso que quería comprarse España…).

No sería de extrañar que un ejército de general managers intente echar sus zarpas sobre estos dos genios durante estos días. ¿Acabará alguno en la “Gran Manzana”? Porque en la ciudad del despilfarro llevan ya 40 años sin anillo.

Será interesante constatarlo.

Los partidos durarán muchas horas, quizás tres, porque así State Farm engordará a más americanos. Por lo tanto, si eres de los perezosos del… ¿Qué me pongo?; Joder, si ya no me cabe mi traje de Mario Bros… no lo dude, All Star Game.

...

El baloncesto también tiene tiempo para emocionarse... Uno de los mejores directos que he visto en los últimos tiempos.