domingo, 20 de junio de 2010

Adiós, Manute


Esta noche ha fallecido Manute Bol a los 47 años en un hospital de Charlottesville (Virginia). El ex jugador de baloncesto padecía graves problemas renales que no ha podido superar.

Aun sin conocerlo, inspiraba gran admiración. Manute era sudanés y medía 2,31 metros, y pesaba sólamente 93 kilos. Oficialmente pasará a la historia por ser la persona más alta en jugar al baloncesto profesional. Pero Bol deja en algo puramente intrascendente todos estos hechos con sus propias memorias.

Cuando se retiró del baloncesto comenzaron todos sus problemas. Aparte de sus achaques físicos (una artritis crónica que le afectaba seriamente en muñecas y rodillas), su mujer le abandonó y se marchó a vivir a Nueva Jersey con sus cuatro hijos. Tuvo que vender sus casas de Egipto y Jartum, y su casa de los Estados Unidos fue embargada, aunque la pudo recuperar posteriormente.

Bol estuvo viviendo durante aquella época en una casa alquilada en los suburbios de Khartoum, con dos esposas, un hijo y 14 parientes. En 2004 sufrió un accidente de tráfico que le provocó múltiples fracturas y recientemente se encontraba ingresado en el mismo hospital donde ha fallecido a causa de una enfermedad rara que sufría en la piel, el síndrome de Stevens-Johnson.

Pero Manute era una persona luchadora y solidaria. "Mi sueño es construir escuelas en el sur de Sudán, porque gracias a la educación tendrán una vía decente de encontrar un empleo y de mejorar su nivel de vida", declaraba Bol. Y es que en los últimos años perseveró en su empeño de trabajar por y para su Sudán en favor de la extinción del hambre, las enfermedades, las injusticias y la guerra tan brutal que azota a este país africano.

Sus familiares forman parte del movimiento rebelde Armado de Liberación, y por ello han sufrido grandes represiones. Durante la guerra civil, hasta 250 familiares de Bol fallecieron a manos del ejército. Bol era Dinka, una tribu de personas muy grandes. Él, seguramente era el más grande de todos. Lógico, era imposible abarcar un corazón tan grande en un cuerpo más pequeño que el suyo.

Para el recuerdo siempre quedará este curioso momento, en el que Bol hizo cuatro tapones consecutivos a todos los jugadores rivales que intentaron encestar en su canasta. Descansa en paz, Manute.

1 comentario: